LAS LAGUNAS DE NEILA

El destierro no deja muchas posibilidades para salir a dar una vuelta, así que ante la ventana de buen tiempo que pronosticaba el fin de semana había que aprovechar, había que salir a descubrir algún nuevo lugar de la zona, había que volver a disfrutar de la montaña.

El lugar elegido para la salida mañanera han sido las lagunas de Neila, así que a las 9:00 en punto quedamos para dirigirnos hacia la salida de la excursión, por suerte mi acompañante tenía más buen aspecto que yo.... la noche en el destierro me dejó alguna que otra marca! y tenía que intentar sobrevivir como fuera.

Después de una parada rápida para poder introducir algo de cafeina en nuestros cuerpos en Quintanar de la Sierra, nos dirigimos hacia las preciadas lagunas.

La carretera estaba con un poco de nieve, pero por suerte el conductor estaba muy hábil en la conducción y no le supuso absolutamente ninguna dificultad. A la llegada una serie de párkings... y como muy bien dice mi compañero Jorgito, si el coche llega hasta arriba, hay que llegar arriba con él.... y nosotros aplicamos estas sabias palabras.

Hacia las 10:30 ya estábamos caminando, en el lugar estábamos completamente solos a excepción de otro caminante que al parecer cogía la misma ruta que nosotros, la vuelta a las lagunas de Neila.

El sendero empieza por una senda cubierta de nieve, así que la excursión presagiaba absolutamente lo peor, una competición de equilibrios que al final no se dió, ya que luego la senda mejoró su estado considerablemente.

El frío en esta zona tiene que ser impresinante, ya que las lagunas estaban totalmente heladas, incluso intentamos tirar algunas piedras para intentar romper el hielo, de la laguna, claro, y nada que eso ya estaba más que consolidado.

Dimos la vuelta a la laguna larga y luego nos dirigimos a la laguna negra... en muy poco tiempo nos encontrábamos en el borde noroeste de la laguna, allí hicimos un pequeño break antes de emprender la subida hacia el Alto de la Laguna (2004 m).

La subida fue corta pero constante, el compañero acelera y con sus largas piernas me deja atrás.... tengo que esforzarme si quiero seguirle el ritmo, por suerte la subida no es muy larga y llegamos a cima a la par.

Una vez arriba solamente nos queda disfrutar de unos grandes paisajes de las tierras del Arlanza y caminar tranquilamente con una agradable conversación hasta el punto culminante de la excursión, el Pico Campiña de 2049 m. Allí nos espera un vertice geodésico y una foto de cima, que aunque pequeña es una cima y si no mirad las preciosas fotos del circulo glacial que nos queda a nuestros pies.

Continuamos por la cresta hasta un precioso mirador, donde alguien hace gala de su vista prodigiosa.... o quizás de sus alucionaciones..... más bien creo que eran los estagos de la noche anterior.

La bajada la hacemos entre rocas, nieve y algunos pinos que ponen a prueba los riñones de los más altos de la expedición, y sin apenas darnos cuenta nos encontramos en la pista de salida, justo al ladito del coche que nos espera esta vez un poquito más acompañado.

A la hora de comer ya estamos en casa, esta vez no han habido paradas técnicas, lo dejamos para otro día..... los compromisos son los compromisos y no se pueden llegar tarde a ellos.


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