2 DONDE VAS ITA: HASTA LA MUERTE EN EL BARSKOON PASS

HASTA LA MUERTE EN EL BARSKOON PASS

31 julio 2011


Pues habíamos escogido muerte, así que ya sabíamos lo que nos tocaba, darle fuerte a los pedales, así que desayunamos tempranito, consistía en intentar hacer los máximos kilómetros con la fresquita de la mañana.

Salimos 8 del guesthouse y nos dirigimos a la que nosotros llamamos como la carretera de la mina, ya que la carretera va hasta a una mina de oro que están explotando unos canadienses. El camino hasta llegar a esta carretera ya nos hizo cagar y lo digo literalmente ya que a medida que ibas avanzando te encontrabas una bici recostada en el camino y su propietario escondido entre la maleza….vamos que todos aprovechaban para sacarse el máximo peso posible.
Finalmente alcanzamos la carretera, y empezamos a subir por un valle ancho y una pista ancha de tierra, como se trata del acceso a la mina, cada x metros hay un vigilante de la carretera que se dedica a regarla y a mantenerla cuidada y nosotros venga arriba y arriba.

Los primeros 25 km suben pero de forma relativamente pausada, hasta nos vamos parando para hacer fotos y hablar, incluso algunos van escuchando su mp3 como un programa de radio cuenta “la muerte de Franco” vamos que es un placer ciclar con esta gente que te instruye de esta manera  cuando empiezan las cuestecitas del 12%.

Bueno, no todo es alegría, ya que de vez en cuando nos adelantan unos trailers enormes, por suerte suben en comboys de 7 ó 8 y una vez pasados todos te dejan un poco de tranquilidad… y más teniendo en cuenta que detrás de ellos está nuestro amigo Nicolai.

Justo antes de iniciarse las rampas más duras hacemos un breve descanso, el tiempo nos ofrece un factor a nuestro favor, empieza a llover, una pequeña lluvía que nos permitirá calarnos un poquito durante las subidas, porque a partir de este momento mariconadas las justas, la carretera ha decidido que los 20 km que quedan van a ser casi, casi a un 20% constante.

No voy a explicar cómo subimos porque la verdad es que cada uno hizo lo que pudo, pero a ser posible siempre encima de la bici. Primero pasamos por un pequeño puerto de 3.400 m pero enseguida la cosa continúa hasta nuestro destino final el Tourmalet de nuestro viaje el Barskoon Pass de 3.800 m de altitud después de una subida de 2.400 m de desnivel.

Arriba cada uno lo celebró como pudo, pero al final todos acabamos en el mismo sitio, achinados en la furgoneta de Nicolai intentando quitarnos el frío de encima y esperando a los que llegarían justo después.
Luego, pues a continuar puerto a bajo y a buscar un sitio para dormir, ya que la cosa estaba fea, entre lluvia, frío y nieve las opciones de hacer un vivac eran escasas, así que algo teníamos que hacer si no queríamos morir congelados.

Menos mal que estaba Nicolai con nosotros, nos llevó hasta una casa abandonada y en ruinas un kilómetro abajo del puerto, el nos decía que ese era el mejor sitio para poder dormir, pero nosotros cuando vimos el jardín nos propusimos hacer una nueva escena del camarote de los hermanos Marx, venga a discutir que si no me quedo, que bajamos, que si bajamos al pueblo… vamos casi una hora y mientras tanto, los hermanos Nicolai empezaron a trabajar para adecentar un poco la estancia.

Visto lo visto al final acabamos entrando en razón y nos quedamos en el lugar haciendo varios talleres de bricolaje, para adecentar el lugar, de búsqueda de leña consiguiendo postes eléctricos, de corte de troncos con una mini hacha, de intento de apertura de un container abandonado, vamos que cualquiera podía encontrar su lugar allí.
Y que cenamos ese día, pues como nosotros somos así y no llevábamos ni tienda ni infiernillos, los Nicolai nos volvieron a salvar la vida al dejarnos su infiernillo que nos permitió hacer dos raciones muy generosas de pasta, la primera con un salami Kirgui y una pasta totalmente enganchada, algo incomestible pero que nos la acabamos comiendo, y la segunda pues mejoró bastante, ya que encontramos un trozo de tocino que habíamos comprado y que estaba momentáneamente desaparecido en el troncomovil.

 

Después de un ratito al lado de la hoguera que creamos y que nos ahumó toda la ropa y nuestra estancia, nos fuimos a dormir todos a nuestra casita derruida la mar de felices….bueno, todos, todos no, ya que alguien compartió trocomovil con los hermanos Nicolai.

4 comentarios:

odominbe dijo...

Suerte habéis tenido de vuestro "ángel de la guarda" Nicolai!!

Qué tio!..No lo tendríais solo que invitar a cenar. Os lo tendríais que traer a España y ponerle un chalecito en la Moraleja!!

un besazo!!!...

Pd. ale, a seguir leyendo...

Anónimo dijo...

VELLS I BELLS RECORDS !!
un peto, Amanda

José Luis Expósito dijo...

Que aventura! Habeis llegado ya?

Mandie dijo...

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