2 DONDE VAS ITA: LA APUESTA DE LOS TORTELLINI

LA APUESTA DE LOS TORTELLINI

23 mayo 2008



Pues la verdad es que esta ha sido la apuesta más fàcil de ganar y con diferencia.

Ayer por la noche, y aunque quiera soy incapaz de recordar el porque, Álex y yo apostamos que él no era capaz de levantarse a la mañana siguiente para que a las 9.15h, de forma puntual, hubiera en la nevera un paquete de tortellinis de pera y queso, para substituir los que se había cenado esa noche.

La verdad es que la apuesta era fàcil, nos jugabamos una cena, que ya desde primer momento iba a ganar yo. Por mi corta experiencia en el piso, sé que Álex es incapaz de levantarse antes de las 12h de la mañana, así que levantarse por una apuesta para ir a buscar unos tortellinis, seguro que tampoco lo iba a hacer.

A las 9.00 de la mañana he oido ruido en el lavabo, alguién se había levantado, 3 minutos más tarde, he escuchado la puerta del piso, alguien había salido. La duda me corroía, así que he decidido salir a mirar quien de los dos se había levantado y se había ido pitando. Estaba sorprendida, Álex se había levantado para ir a buscar los tortellinis.

He vuelto a la habitación y he escrito unos carteles para ponerlos estratégicamente en la cocina a las 9.16h en punto, era el momento justo en el que yo pasaba a ganar la apuesta.

A la hora indicada, he salido corriendo de la habitación y he colgado los carteles en la cocina, había ganado. He vuelto a la habitación y he esperado a que llegara, solo 5 minutos de retraso, nada mal, però lo que está claro es que la apuesta esta perdida.

Hacia las 9.30h un ruido procedente de los trabajadores de la calle, me han acabado de despertar, así que he decidido levantarme desayunar y marchar hacia hacienda, pero mi sorpresa ha sido el ver al compañero desayunando solo en la terraza, y más sorpresa cuando en la cocina nos había dejado un croissant para desayunar.

Todo un detalle, pero en este momento no hay que ser débil, la puesta esta perdida y él tiene que pagar la cena, pero la verdad es que con un poquito de penita, al fin y al cabo como vamos a encontrar un compañero de piso como él, capaz de apostarse un imposible, capaz de levantarse a las 9 de la mañana para ir a buscar unos tortellinis y comprarnos un croissant para desayunar.

Aúnque no se lo digamos, le hecharemos de menos.

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