DE TRAVELÚGER A SANTO TOMÁS

Con los primeros rayos de sol salgo de la tienda para disfrutar el que será el último amanecer en la isla, hoy acaba nuestra ruta en kayac y mañana nos volvemos para casa, así que vale la pena disfrutar este último momento que tenemos de libertad.

Soy la única que se encuentra en la playa contemplando la salida del sol, pero a poco a poco, mis compañero de cala van saliendo de sus caparazones.... unos miran también apartados la salida del sol, mientras que otros aprovechan para hacer el primer baño matinal.... otros empiezan a preparar sus cosas.

Desayunamos, recogemos nuestras cosas y como hoy no hay prisa, nos acercamos a relacionarnos con la pareja de vascos tan simpática y que tan buenos ratos nos estan haciendo pasar... Alain hace años que se fué a Cuba en bicicleta, por tanto tenemos mucho que hablar y él tiene mucho que aconsejarme.

Los vascos antipáticos recogen sus kayacs y se van, estos tienen prisa, nosotras les llevamos algún día de ventaja y eso se nota, nosotras podemos quedarnos tomando el sol en esta playa.

Empiezan a llegar los turistas a la playa, como es de difícil acceso, la verdad es que no se llena, y el pequeño barco que atraca con turistas lo hace en el otro extremo de la playa sin que nos molesten.

La pareja de vascos también se va, ellos van en dirección contraria, así que nosotras nos quedamos con el chico de ses illes tomando cervecitas y hablando y tomando el sol.

Hacia las doce dicidimos emprender nuestro viaje, tenemos que llegar hasta Santo Tomás donde nos esperan nuestros amigos y donde nos esperan los del alquiler del kayac. Santo Tomás es una playa de aguas cristalinas, turquesas y hasta podriamos decir que como bonito tiene la libertad de no haber las masificaciones de las calas situadas más al sur.

Carlos nuestro amigo de los kayacs no está en el lugar indicado, así que abandonamos los kayacs en la playa y nos vamos a comer a un restaurante mientras vemos como Argentina pierde su partido de fútbol del mundial y queda eliminada. Va pasando el tiempo y Carlos continúa sin dar señales de vida....

Finalmente una llamada, nos indica que está llegando a la base de los kayacs, que justamente y por casualidad está al lado del restaurante donde estábamos comiendo.... y de repente aparecen los tres vascos que conocimos en medio del mar en el far de cavallería, la verdad es que toda una alegría, nos saludamos, volvemos a explicarnos nuestras aventuras y nos dicen que han estado con la pareja de vascos de Cala Pilar.... vamos que el círculo también se cierra aquí, y es que este viaje ha sido toda una sorpresa de gente, de libertad y de vida.

Devolvemos los kayacs y nos vamos hacia Ciutadella donde tienen el apartamento nuestros amigos, allí nos duchamos para estar bien majos para ir a cenar no sin antes acercarnos al Pont d'en Gil para ver el atardecer, este también va a ser el último de nuestra estada en la isla.

La noche la pasamos cenando en un restaurante del puerto de Ciutadella, tomando unos helados y una pequeña copa, el día siguiente tenemos que trasladarnos hasta Mahó que es el lugar desde el que sale el ferry que después de un largo viaje nos conducirá nuevamente a Barcelona con una sonrisa de oreja a oreja en nuestra cara recordando estos maravillosos días pasados.