KAIAC EN LAS GARGANTAS DEL TARN

Pues la salida esta vez solo supuso una demora de hora y media, aunque esta vez empezamos muy bien, al final la cosa acabó muy mal, y es que la primera recogida se realizó bajo el horario previsto, la segunda con una pequeña demora de 5 minutos y la tercera, que curiosamente coincidia con la segunda, supuso mas de 30 minutos de demora, así que como el que espera desespera, pues nos fuimos a hacer un cafe cuando...

Un pequeño repasillo del material a llevar identificó que parte de la expedición tenía algunos déficits de equipamiento, entre ellos los mapas para llegar al lugar, así que sin dudarlo, fuimos hasta casa del tercer expedicionario para buscar todo aquello que se había quedado olvidado, y espero que no fuera por las prisas.

El hecho es que este tercer expedicionario vivía en algún lugar entre el Carmelo, Guinardo, Horta o Vallcarca, y lo digo así porque nunca indentifiqué ni donde estaba ni el camino para llegar a su casa, lo único que me quedó claro, era que el viaje iba a ser duro, muy duro, ya que las indicaciones de los ocupantes de la Scenic, tenían la curiosa virtud de avisarme del camino a seguir una vez ya nos habíamos pasado el cruce, y una segunda virtud que era encontrar todas las calles de Barcelona sin salida.

Vista la hora que era, porque no llamar a los componentes sexto, séptimo y octavo de la expedición para salir todos juntos? Pues así lo hicimos, y finalmente conseguimos salir de Barcelona a las 10:00.

Como íbamos por la autopista, justo salir de Barcelona, los estómagos del coche ya se quejaban, pero una pequeña luz en las mentes de la expedición, aconsejó no parar hasta la Jonquera donde debíamos llenar el depósito del coche y el nuestro, claro está pero....

Efectivamente nadie tubo en cuenta al componente número ocho, que el pobre debía comer una horita más tarde, así que una horita de atasco para cruzar la frontera y paramos a comer en la siguiente área de servicio, la ville catalana, si calculamos el desplazamiento en velocidad de cruzero..... bueno, más vale no hacer cálculos.

Finalmente conseguimos ponernos en camino, a priori, nadie debería tener que parar durante un rato por ningún tipo de necesidad biológica, aúnque no contábamos que en la Scenic teníamos a la presindenta del club de fans del Viaducto de Millau, así que la parada era obligada para ver el puente, que aunque es el más grande en muchas cosas según los franceses, yo “me l’imatxinava més gran”.

Finalmente llegamos a les Gorges du Tarn, tocaba definir prioridades, ya que estábamos en Francia y ellos ya sabemos que tienen un reloj biológico más adelantado que nosotros y al ritmo de pérdidas que llevábamos la cosa iba justa.

Primero reunión de sabios para buscar un cámping, y lo encontramos, reservamos y nos fuimos. Luego buscar un lugar donde alquilar los kaiacs.... vaya que la parte más bonita del río es la de arriba, pues arriba con los coches. Finalmente nos habíamos desplazado algo así como 20 km por una carretera de curvas, bonita, pero con curvas.... y si cambiamos de camping y nos quedamos en este, pues cambiamos.

Llegó la hora de montar tiendas, bañito en el río, cenita del octavo miembro y justo después de todos los otros, y luego paseíto por el pueblo de la Malène, donde vimos el lugar a ir para contratar los kaiacs el día siguiente... prefiero no hablar del café que nos tomamos.



La noche fue muy buena para los que durmieron en la van, buena para la que hizo vivac y para los que durmieron en la tienda, simplemente fue.... oí cosas como ronquidos, calor, estrechez, mal olor, bueno, en definitiva un lujo de noche.

Al día siguiente nos preparamos para ir a por nuestros kaiacs, 4 de nosotros bajamos desde St-Chély du Tarn, hasta el Pas de Souci haciendo un recorrido total de 20km, y dos lo hicieron mediante canoa des de Malène hasta el pas de Souci 8 km.

La jornada transcurrió con un pequeño trayecto en coche de 30min rodeado de franceses, eso si, todos con los chalecos puestos por si acaso teníamos un accidente. Luego, tomamos nuestras barcas y sesión de fotos durante 30min, y es que parábamos en cada playita del rió para hacer la correspondiente foto.

Luego primer chapuzón de un expedicionario, un azud se interponía en nuestro camino, así que para crear espectáculo, una cae con estilo y grito. Luego continuamos río abajo, donde nos indican que nuestras compañeras acaban de acabar el recorrido, por tanto no las pillábamos. Continuamos sin muchas más demoras hasta que...

Como estamos en Francia y no entendemos el francés pues nadie leyó un cartel grande con letras grandes que ponía peligro a la curva por un remolino, así que como solucionamos el tema, pues como machotes. Cuando llego al lugar en questión me encuentro a uno de mis compañeros remando hacia atrás, ya que el remolino le empujaba hacia allí, yo intento pasar y me encuentro en la misma situación que mi compañero, hay que decir que muchos franceses pasaban caminando por la orilla.

Luego vinieron nuestras compañeras, muy juntas ellas y muy juntas a una canoa francesa y el final fue, mujer al agua, y sandwich de ella misma contra la canoa, no pasó nada, peró susto hubo. Mientras yo y el compañero continuábamos con el rollito remolino, sin poder salir de esas aguas, hasta que en el lugar crítico, viendo que íbamos muy juntitos y que eso pintaba como el caso anterior, decido empujarle y yo tirarme al río. Bueno, finalmente conseguí pasar el remolino, sin estilo pero lo pasé. El último compañero que faltaba por pasar uso el sistema francés.

Al final pasamos por la zona de los estrechos y llegamos a la playa final, donde dejamos unas cervezitas a refrescar en el río mientras nos recogían los kaiacs y bajo un centrifugado cervecero nos enviaban nuevamente a la Maléne, donde nos esperaba nuestra compañera, ya que los otros habían tenido que regresar a BCN.

Las sensaciones muy buenas, habíamos disfrutado de un día fantástico de Kaiac, por un paraje alucionante y mientras pensábamos que nos depararía el Ardeche, muchos soñabamos en volver allí pero esta vez a escalar.


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