A PEDALES PEL BAIX EMPORDÀ

GIRONA-PALAMÓS

Km par: 83,29 Km tot: 83,29

La cosa empezaba bastante temprano, últimos preparativos en las alforjas y arranque de bicis hasta la estación, y digo bicis porque iba yo solita por la calle con dos bicis, así que no era de extrañar cuando llegué a la estación de renfe, y le pedí al taquillero un solo ticket hacia Girona, creo que el pobre flipó, y el guarda de seguridad también cuando le comenté que me ayudara a pasar las bicis.

Esperé un buen rato en la estación y los mensajes empezaron a llegar, que si estoy en el segundo vagón, que si me puedes comprar un billete para ir a Girona. Así que bueno, vuelvo hasta el taquillero y le compro un segundo billete, su cara era para verla....

Llega el primer de los expedicionarios y corriendo me ayuda a bajar las bicis, el tren está apunto de llegar y tenemos que situarnos más o menos a la altura del segundo vagón.

Llega el tren y entramos por la primera puerta del segundo vagón, no hay departamento para las bicis, y tampoco hay espacio para ellas, así las situamos como podemos enmedio de la gente, las mochilas..... la expedicionaria que ya estaba en el tren, está en el mismo vagón, pero en una puerta diferente, y con la imposibilidad de podernos hablar nos llamamos por móbil.... otra cosa surrealista.

En algun momento que no recuerdo, el tren se vació y pudimos hablar un rato, hasta que llegó el revisor y la estación de Girona, donde creo que el tren se vació.

Una vez en Girona, empezamos a buscar algún indicativo que nos permita encontrar la Vía Verda del Carrilet II. Decidimos ir en primer lugar a la antigua estación de Girona, con la esperanza que allí deberíamos encontrar alguna indicación, pero no fue así, por tanto nos aventuramos por las calles sin saber muy bien a donde íbamos.

Tomamos una calle y al final de ella encontramos un indicador hacia Sant Feliu de Guixols, así que no nos lo pensamos mucho, y seguimos el indicador, si no encontramos el inicio de la ruta verde, almenos llegaríamos por carretera.

De repente encontramos una pintura verde en el suelo con una bici, a lo mejor eso son las indicaciones de la via verde.... bueno, decidimos seguirlas, ya que almenos van por carriles bici y.... ok, lo conseguimos, el carril bici se transforma en una pista de tierra al lado del río.

En la primera sombra que encontramos paramos a desayunar, algunas de nosotras, al parecer estábamos bastante relajadas, ya que no vimos a una niña darle al pedal sola por la vía verde, así que no es de extrañar, que cuando un buen tiempo después nos encontramos a la madre, le comentamos que no habíamos visto a ninguna niña, aúnque el chico de la expedición por suerte si que la vió y desmintió nuestra información..... porque el se fijó en la niña? debimos preguntar la edad de la niña.

Continuamos por la vía verde sin muchas dificultades, de vez en cuando encontrábamos alguna máquina de tren y eso significaba parada obligada para hacer una foto, otras veces parábamos simplemente para hablar, o bien para buscar alguna señal, aúnque hay que decir que realmente estaba muy bien indicada.

Finalmente llegamos a Platja d'Aro, ya que tomamos el desvio antes de llegar a Sant Feliu, era la hora de comer, había hambre y empezábamos a estar cansados. Allá enmedio de un pueblo 100% guirilandia conseguimos llegar hasta un hipermercado para hacer alguna compra para comer. Que no gusta a la gente? nos gusta todo a todos, pues venga que la cesta será fácil de hacer, dejamos al niño a la custódia de nuestras niñas y entramos en el súper.

Cuando salimos, allí teníamos delante nuestro a la anécdota freak de la jornada, nuestro niño esta bebiendo una cerveza, que se la ha dado un tipo que no sabemos de donde es, y que se ha sentado a su lado con dos bolsas del super llenas de cerveza y diciéndonos algo así como que se las había entregado Dios y que estaba aquí para trabajar porque había mucha mafia, en fin....

Finalmente conseguimos llegar a la playa, donde dos bonitas azafatas nos estan esperando con un avituallamiento de gazpacho al valle, y es que todo calidad y un buen aperitivo para antes de comer, aúnque evidentemente a alguien no le gustó.... y esto no sería lo único que no le gustó.

Continuamos camino de Palamós donde debemos encontrarnos con Mar para entregarle algunas cosas, y ya que estábamos, tomarnos un café con ella, charlar un buen rato, hacer unas fotos y .... bueno, que al final nos convenció para quedarnos a dormir en su casa.

Dejamos las alforjas, para ir menos cargados y nos fuimos por la vía verde del tren petit hasta Calella de Palafrugell, para hacer un pequeño voltio y vistar el pueblo, y como no teníamos bastante, pues hacia la Cala del Golfet, era el momento de hacer un pequeño tentempié de lo que nos podríamos encontrar en Vietnam.

Oscurecía, así que a piñón fijo hacia Calella para coger la carretera que nos conectaría con la vía verde, un pequeño despiste, evidente, ya que íbamos sin luces, pero finalmente preguntamos y conseguimos llegar a la vía verde que en medio de una gran penumbra nos dejaba hacia las 10:30 en casa de nuestra amfitriona.

Nos preparamos la cena, unos deliciosos espaguettis con pisto y fuet, y aúnque había gente que no le gustaban los espaguettis, anda si se los comió. Cuando ya acabábamos llegó Mar, dispuesta a bajar unos cuantos muebles, con nuestra ayuda.... total, ahora ya teníamos las barrigas llenas.

Con tanto ejercicio, la verdad es que dormimos muy bien, demasiado bien.

PALAMÓS-FLAÇÀ

Km par: 57 Km tot: 140

Nos despertamos muy temprano, el dulce canto de las gaviotas no nos dejó dormir más, y ya que estábamos despiertos, adelantamos un poquito la hora de salida hacia Palafrugell, donde después de repetir la Vía Verde por tercera vez, llegaríamos a desayunar.

Desayunamos en una muy buena panadería, unos cafes con leche mientras ojeábamos los periódico y nuestro chico por fin comía algo que realmente le gustaba, un buen bocata de lomo. Salimos con la esperanza de encontrar rápido las indicaciones hacia Pals, hablamos con la chica de la oficina de turismo y venga, que la gimcama empezaba.

La verdad es que en los primeros metros ya nos empezamos a dar cuenta, que seguir las indicaciones de cicloturismo no iba a ser una tarea fácil, así que entre unos y otros íbamos consiguiendo encontrar las indicaciones escondidas en el camino hasta llegar a la ciudad medieval de Pals, donde decidimos subir con nuestras bicis hasta arriba de todo del castillo (ostras si en esta foto parecemos la bandera francesa)

Fotos y empieza la bajada, ahora queremos ir a Peratallada, aúnque esto significa intentar encontrar las señales durante casi 30 min por Pals, y finalmente.... finalmente no las encontramos y decidimos seguir el GR que nos conduciría hasta Palau-Sator. Una vez en el pueblo, mágicamente aparecen las señales.... bueno, esto es lo típico de este día.

En Peratllada, visitamos el segundo pueblo medieval, paramos un rato a descansar en la fuente, mientras una abuela da vueltas y vueltas a la manzana..... con lo que nos cuesta encontrar las señales, y las vueltas que dimos a muchos pueblos en busca de ellas, decidimos que en verdad eso era el "efecto abuela", una excicloturista perdida en busca de señales.

Decidimos acortar un poquito y llegamos a Ullastret por la carretera donde en el cruce indicado volvemos a encontrar las señales que nos conduciran por dos pueblos, Matajudaica y Casavells. Para ser sinceros a Casavells deberíamos repetirlo, ya que allí experimentamos otro efecto abuela.

El próximo objetivo era Corçà, allí habíamos decidido parar para comer algo, así que enfilamos rápido y la verdad es que llegamos y bastante rápido. Una pequeña vuelta y encontramos una plaza con bar, perfecto ya que por la mañana no habíamos comprado pan y almenos allí podríamos hacer unos bocatas, sobrotodo para aquel que no le gustaba el fuet ni la ensalada que teniamos.

Entramos en el bar, bueno entramos, entramos en el jardín, ya que una camarera se interpuso en nuestro camino para que no entráramos en el bar, y muy educadamente nos comentó que no hacian bocatas, y si queríamos alguno, debíamos irnos al pueblo de al lado, la Bisbal..... estábamos cansados y nadie quería coger la bici y hacer 10 km más para un bocata, así que sacamos lo que teníamos de comida y allí lo comimos, delante del bar, y cuando acabamos, nada de ir a tomar el café.

Antes de lo previsto salimos en dirección a la Pera, aúnque antes debíamos pasar por un par de pueblos, de los cuales, uno era Púbol, lugar donde Salvador Dalí le había regalado un castillo a Gala. Llegamos y evidentemente ganas de visitarlo habían, pero los 7€ que nos pedian nos tiró hacia atrás, bueno, hacia atrás no, hacia adelante, ya que decidimos continuar hasta la Pera y debido a la proximidad hasta Flaçà.

En Flaçà llegamos y nos tiramos todos al primer bar que vimos, y bueno, mal hecho, ya que nos despistamos y perdimos un buen tren, así que a esperar una horita descansando para conseguir el segundo tren... y casi lo perdemos también ya que tanto bar, tanto bar y vaya cola teníamos para conseguir un billete.

Entramos en el tren, esta vez con compartimento de bicis, hasta con asientos libres para descansar, habíamos acabado la salida y habíamos superado todas las expectativas.

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