DE DESPEDIDA Y CON LOS DEBERES POR HACER

Hoy teníamos muchas cosas por hacer, ya que este era el último fin de semana que estábamos por Barcelona y por tanto teníamos que dejar las cosas muy listas para el día de la marcha, y esto es lo que no hicimos.

Marimar llegó hacia las 11 de la mañana con su bici y sus alforjas, la intención era ir hasta la tienda de bicis donde ya teníamos guardadas las cajas con las que empaquetaríamos a nuestras lindas cabalgaduras.

Nos dirigímos hacia la tienda de bicis, dispuestas a hacer de mecánicas y desmontar con cariño a nuestras niñas cuando.... pues si, allí estaba el chico de la tienda diciéndonos que las cajas que nos habían guardado eran pequeñas y que por tanto, nuestras bicis no cabrían en ellas, bueno, caber si que cabrían, pero desmontando un montón de tornillos que a ver quien es el guapo que los monta después.

Pues nada, nos volvemos a casa, dejando la tarea del empaquete de bicis para otro día, bueno, otro día que se llama martes sin falta!. y ahora que hacemos? pues ahora revisamos unas alforjas, hay que aprovechar el día, así que las abrimos y empezamos.

Primero de todo empezamos con el botiquín, que si pastillas por aquí, que si sobre por allá, que si la gasa, el potabilizador, las gotas para los ojos, los sobres para el estómago.... y luego, los polvos para la hidratación, en fin que eso parecía más bien un trapicheo de pastis que otra cosa.

Luego, empezamos a sacar la ropa, que si los kits de primeros utensilios, que si los zapatos y finalmente llegamos a los artilugios electrónicos y las baterias.... pero madre mia, donde vas con tanta pila!, y es más para que vas a usar tanta pila? Pues vaya, eran para el hippiese y ahora va y no lo llevo.....menos mal que nos dimos cuenta, que si no, cambiamos el nombre del viaje por a vietnam con muchas pilas.

Finalmente acabamos con la alforja, las otras deberán pasar revisión proximamente, ya que esto es lo que tiene suspender en junio, que te toca hacer los deberes en septiembre. Nos depedimos a la hora de comer, pero fue un hasta luego, ya que por la noche habíamos quedado en Castelldefels para cenar y celebrar nuestra despedida.

Con un poco de adelanto nos reunimos en la Terraza de casa de nuestra amfitriona a tomar unas cervezas antes de cenar, y para no desplazarnos mucho, decidimos cenar en la misma terraza, antes de romper un plato y sacar a la pobre gata de su sillón. Luego Castelldefels la nit nos esperaba para unas cervecitas bien frescas a la luz de la luna y pasear por la playa para volver al coche y para casa, que al día siguiente había que madrugar