Por fin han sonado los despertadores para indicarnos que hoy se iniciaba la ruta, la consigna era clara a las 8.00 de la mañana todo el mundo tenía que estar en la salida con las alforjas puestas, bueno todo el mundo no, nuestro culito malito se quedaba un día más, descansando y nos pillaría un día más tarde.
Para variar la hora de salida se retrasa, mientras unos montan las alforjas, otros limpian la bici, otros… vamos que aprovechamos para hacer una última visitilla a nuestro compañero que se va a quedar un día más en Karakol y gestionamos el transporte hasta Tanga.
Finalmente nos vamos, evidentemente no todos, solo unos cuantos, ya que la única manera de mover el grupo es empezando a ciclar. De bajada algunos dicen que se van a quedar haciendo compras para dejar víveres a nuestro compañero, otro decide ir a buscar una sandía de manera que 20 minutos más tarde en el bar del desayuno estamos la mitad de la gente.
Algunos han dejado dicho que es lo que quieren para desayunar, otros ni eso, así que empieza el juego de huevos, tes y cafés que empiezan a caracterizar nuestras mañanas. A poco a poco se va incorporando gente al desayuno y el juego se hace más grande y a la vez más divertido.
Después de desayunar ya preparados para marchar…. No, últimas ideas, comprar algo de comida para el día e ir a la oficina de turismo a preguntar no se qué…. Así que 3 horas más tarde conseguimos salir de Karakol, por la misma carretera que cogimos el último día.
Pedaleamos de dos en dos de uno en uno por una de las carreteras principales del país entre coches asesinos que nos pasan justo a nuestro lado y amenazan en tirarnos, algunos incluso nos pitan antes de ejecutar dicha acción para que con un poco de suerte pueda haber susto antes de muerte.
A los pocos kilómetros de marchar nos encontramos a otro grupo de cicloturistas en la carretera, también son un montón los contamos y son unos 11, son rusos de Siberia y también van dirección de Naryn, ellos están bastante más preparados que nosotros, llevan tiendas y posiblemente infiernillos…Pedazo rebaño que somos todos juntos en la carretera, pero más vale tirar hacia adelante, no tenemos todo el día para estar con ellos y ya sabemos cómo acaban estas cosas, hay que llegar antes si quieres conseguir cama.
Continuamos circulando por la carretera, cuando ya llevamos más de medio camino encontramos una parada de bus, por decir algo, donde decidimos parar a tomar unos refrigerios, dícese cervezas, fantas varias y algún zumo, lo mejor de todo, el habitante de la parada de autobús, un ruso con cierto contenido en alcohol que se incorporaba a nuestras conversaciones e incluso llegar a intimar con alguno de nosotros tocándole lo que comúnmente llamamos pantorilla.
Continuamos camino, por la carretera más bien sosita hasta que después de un altiplanillo empezamos a divisar las orillas del lago Ysyk-Köl, el pedaleo se hace mucho más agradable y en los arcenes de la carretera encontramos cubos de albericoques para comprar… alguien empieza a ponerse nervioso, es la hora de comer y hemos pasado un montón de playitas y todavía no hemos parado a hacer un baño.
Finalmente conseguimos rejuntar a todo el grupo y escogemos un lugar de costa para nosotros solos, para nosotros y un niño…. Vamos que estamos a nuestras anchas entre cristales de botellas y rocas. Nos pegamos unos baños, algunos con destape incluido y luego unas siestecillas mientras vemos como se nos acercan unos nubarrones.
Después de 2 horas de relax conseguimos partir hacia nuestro destino Tanga, la verdad es que el pueblo se hace esperar y justo cuando llegamos al desvío delante nuestro hay una playa fantástica vamos en ella hay gente, no como en la nuestra que estábamos solos.
Para llegar el pueblo de Tanga únicamente nos faltaba la puntilla, una subidita, la primera de casi toda la ruta con alforjas. En la misma carretera encontramos un guesthouse, mientras unos están dentro preguntando si nos alojan otros se encargan de robar frutas de su jardín, al final empieza a llover y la conclusión es que no tenemos alojamiento, al parecer esperan un grupo de unas 10 personas para el día siguiente y a nosotros no nos quieren…. Quien será este grupo?
Unas Eslovenas nos indican otra guesthouse, así que nos adentramos en el interior de Tanga, por una zona ajardinada preciosa con árboles y diferentes casitas, al parecer alguna de ellas era o es un psiquiátrico. Finalmente llegamos a nuestro guesthouse, en este si que nos quieren y también tienen un fantástico jardín lleno de árboles frutales donde muchos comemos todo lo que está a nuestro alcance.
Como el día ha sido largo y apenas hemos comido nos vamos a comer a un restaurante cercano, comemos todo lo que nos dicen las eslovenas, bebemos todo lo que nosotros queremos y ante tanto derroche decidimos acabar con unos chupitos, nuestro culito recibe las órdenes de encontrarnos al día siguiente.
La noche acaba para algunos con un paseo bajo las estrellas, nos saluda una pedazo estrella fugaz, miles de deseos vuelan al aire, otros deciden continuar la fiesta por el lugar… pero cuidado que esa noche el gallo será nuestra compañía y después los perros y finalmente algún ronquido.
1 comentario:
Que bien :)
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