CARRETERA Y MANTA HASTA KARAKOL

Como las buenas costumbres en este viaje, después de las cervezas que nos tomamos en Moscú esperando el avión, mi vida no podía coger otro rumbo que es de quedarme dormida en el avión, así que después de comer ese maravilloso arroz con verduras, me dejé acoger en los brazos de Morfeo.

La llegada a Bishkek de madrugada, aun medio dormidos descendemos del avión y nos dirigimos a la oficina de visados y aduana, allí nos acoge la efectividad Kirguistaní, un solo operario que se dedica a copiar a mano tus datos por el módico precio de 70€, mientras tanto en la sala de espera disponemos de animales de compañía, del tipo ratoncillo y cucaracha y unos guardias con unos curiosos gorros de copa aplastados a lo grande, si les puede hacer una foto lo haré.

Tras más de 30 minutos, tras pasar el trámite por fin conseguimos llegar hasta nuestras bicis y salir del aeropuerto donde nos esperan los del Nomand House con una furgoneta grande para llevarnos hasta el hostal donde se encuentra el resto de la expedición.

Cargamos las cajas con nuestras bicis no sin muchas dificultadas y ayudados por unos hombres, al final nos lo suponíamos querían nuestra pasta y evidentemente nosotros se la hemos dado en forma de dólar, pero al parecer no les ha gustado nada la recompensa y han decidido rechazarla.

Lo primero que hay que hacer cuando se llega a un hostal a las 7.00 de la mañana es despertar a tus compañeros de viaje para darles la bienvenida, así que así lo hemos hecho mientras nos contábamos las aventuras de los vuelos acontecidos. Lo más importante estaba hecho, habíamos llegado todos y nuestras bicis también.

Una vez coordinado el transfer hasta Karakol nos hemos puesto a iniciar el taller de mecánica de bicicletas, todos teníamos una caja con una bici en su interior y consistía en montarla. Finalizado esta actividad se iniciaba la de ir a buscar pasta a una caja de cambio, no se muy bien como funciona el tema de las divisas, pero hemos experimentado el aumento y descenso del cambio instantáneo, ante la perplejidad de todos nosotros.

Una vez finalizadas las obligaciones todas las bicis en una furgo y nosotros en otra y camino hacia Karakol, los que habíamos llegado esa mañana el cansancio nos consumía y hemos dormitado durante casi todo el tiempo, otros han mantenido el tipo un poco más. El paisaje, pues a mi punto de vista poca cosa puedo decir, un lago, montañas, un río…

En Karakol nos hemos alojado en el hotel INTOUR unas habitaciones maravillosas por la vegonzosa pasta de 400 Soms, es decir, algo más de 5€, y la cena en un restaurante de Karakol que hemos vuelto loco, pues lo mismo unos 3.000 soms.

Ya hora que, pues ahora viene lo divertido, porque tras estar cenando todos juntos un buen rato hemos empezado a discutir nuestro futuro prócimo:

a/ Subir en bici desde Karakol a Ischeleck (unos dos días de subida).

b/ Subir en coche y luego bajar en bici.

c/ no subir

d/ subir y buscar el camino que va hasta Naryn por las montañas.

Vamos que al final hemos quedado a las 7.30 de la mañana sin nada decidido, que casualidad.