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CIENFUEGOS

27 octubre 2010

TRINIDAD - CIENFUEGOS: 85 Km
TOTALES: 1160 Km

Continuo el camino, ya que las casualidades hacen que el día de descanso programada haya sido engullido por el día de ayer. A la hora convenida tenía nuevamente el desayuno en la mesa con toda la amabilidad del mundo.

Nuevamente me he despedido de toda la familia, otra gran casa que se queda en el camino.... pero justo a la salida de Trinidad, escucho un ruido raro en la bicicleta.... empiezo a mirar los cambios, los pruebo y van correctamente, y es inequívoco que el ruido es de la bicicleta y concretamente de la rueda de atrás.

Continuo a poco a poco y el ruido desaparece, pero justo a escasos kilómetros de la salida nuevamente el ruido, paro la bici, no es cuestión de aventurarme por la carretera con la posibilidad de quedarme tirada en cualquier momento.

Miro fijamente la rueda de atrás y por fin veo de donde viene el fallo, es la parrilla, se ha soltado uno de los tornillos y su extremo va rozando con el eje de la rueda.... lo acoplo lo mejor que puedo, vamos a ver si aguanta los 80 kilómetros que me quedan hasta Cienfuegos.

Nuevamente voy por una carretera preciosa, que va bordeando la orilla de la costa, de vez en cuando hay algún puente que me descubre hermosas playas de arena negra, la que menos gustan a los turistas al parecer.

Casi llegando a medio camino, me encuentro un chiringuito repleto de franceses viajeros, que evidentemente estan haciendo la parada obligada de consumición contratada en su tour turístico. Las vistas son bonitas a una playa cercana.

La carretera continua preciosa hacia el interior sin ser muy exigente, y el hecho de haber abandonado definitivamente la carretera central permite que mi circulación sea mucho más tranquila ya que la cantidad de vehículos es mucho menor.

En una de las bajadas de las lomitas noto que algo ha entrada en mi ojo izquierdo, paro un momento porque el ojo no para de llorar..... finalmente se estabiliza y continuo el camino.

La llegada a Cienfugos creo que es agónica, ya que se encuentra en una bahía y la carretera circumvala toda la bahía e incluso a la población para entrar justamente por el lado contrario, así es que Cienfuegos es la ciudad que tiene que aparecer pero nunca acaba de aparecer.

Llego a la casa que me había recomendado Lázaro, estaba ocupada, pero ellos mismos me han buscado otra casa justo en frente para que no me tubiera que preocupar de nada. La casa grande y fantástica y los nuevos amfitriones otro lujazo de hospitalidad.

Después de descansar como siempre toca la visita a la ciudad, si Trinidad es la belleza hispanocolonial, Cienfuegos es la belleza gabachocoloniar, y es que aquella gente que la compara con la París del Caribe, tiene mucha razón..... es muy lindo ver una ciudad con una arquitectura tan noeclásica en medio del Caribe, si señor, el tercer casco histórico patrimonio de la humanidad también es realmente bonito.

Cienfuegos también se caracteriza por tener un hermoso malecón por la Bahía..... y para variar el agregado del día hoy se llama Leo, otro rasta que según el es campeón de salsa de cuban.... aunque también lo fue su hermano y su abuelo. Él en realidad es arquitecto, pero en Cuba uno se dedica a cualquier cosa para ganar dinero, así que se dedica a hacer de mago y a enseñar salsa a guiris como yo.

Paseamos por todo el malecón, el me explica su próximo viaje a Milán, donde ha conseguido un visado de trabajo, ya que lo ha contratado una compañía como coreógrafo, tiene un poco miedo del frío..... le entiendo, creo que yo también tengo miedo del frío que me espera en mi destierro.

Al final del malecón después de una pateada de órdago, Leo me comenta de volver en guagua... yo no tengo prisa, pronto será el aterdecer y prefiero disfrutarlo caminando por el malecón nuevamente, al parecer a él no le gusta mucho la idea de caminar tanto y nos despedimos.

La decisión fue acertada, la puesta de sol es realmente bonita e increible, de colores anaranjados y con música del gran Benny Moré procedente de un bar cercano.

Buscar un sitio para cenar en Cienfuegos no es fácil, ya que es una ciudad de turismo, pero creo que de turismo de un día procedente de Trinidad o bien de turismo elitista que se aloja en los grandes hoteles de 4 estrellas que existen en el centro o bien en Punta Gorda, la zona pija de la ciudad.

Finalmente junto a otros guiris más acabo en una pizzería Dinos, en esta todavía no había estado (del conjunto de paladares de comida rápida que inventarié hace días). Sorprendentemente la pizza me gusta bastante.

Ya de noche vuelvo a la casa, me encuentro una plena tertúlia en la calle de todos los vecinos, me uno a ellos, ya que con el fresquito se está realmente muy bien..... soy un poco la atención de la vecindad, no por ser guiri, sino por el hecho de haber llegado en bicicleta....todos ellos estan obsesionados por indicarme diferentes medios de locomoción para llegar a mi destino, menos mal que la dueña es la mar de salada y les dice bien clarito que no hace falta, que yo quiero llegar a la Habana en bicicleta.

2 comentarios:

Brosquil dijo...

Laaura acuerdate de repasar todos los tornillos de la parrilla y de la bolsa del manillar. Los de la cabeza tamben es conveniente hacerlo. Yo perdí uno por el norte de España y no he encontrado repuesto. Animos por lo que veo no te hacen faltan pues te sobran. Los guardo para cuando queden menos días. ya entonces te dará pena que se termine y no tengas más tiempo. Y por que no has aprovechado a ese campeón de salsa a que te diera unas clases. Aprovecha todo lo que puedas que nosotros seguro que desde aqui no podemos.

José Luis Expósito dijo...

Hola!!! a puntito estábamos de hacerte una visita sorpresa el finde, y tu tostándote en el caribe!!!! Seguro que vuelves con un montón de anécdotas. Queda pendiente la visita cultural-gastronomica de tapeo por Burgos (y por Olot)...aunque seguro que vuelves con suculentas recetas para sorprendernos.

Un abrazo muy fuerte
Jose y Laura