DEL PARAÍSO AL INFIERNO

BARACOA-MOA: 83 Km
Totales: 381 Km

Hoy era de despedida y de continuar camino hacia la Habana, así que me he despertado tempranito para desayunar. Neyda y Rubén con su amabilidad y hospitalidad, ya estaban despiertos. Mientras yo comía ellos se afanaban para darme todas las direcciones posibles que pudieran ayudar en mi ruta hacia occidente.

Nos hemos despedido y he salido camino hacia playa Duaba y el hotel Porto Santo, que por segunda vez no he conseguido ver, ya que cuando me he dado cuenta ya me lo había pasado.

De repente la carretera se convierte en un camino de carros o peor, como voy en bici y yo siempre he preferido la tierra al asfalta, avanzo hasta llegar a Playa Maguana, o lo que es lo mismo el paraíso.

A la entrada hay un chiringuito donde he dejado la bici para que me la guardaran, yo mientras me he dirigido a una playa llena de palmeras, arena blanca, aguas turquesas y solitaria, a excepción de 4 guiris como yo que hemos decidido empezar el día con un baño en el paraíso, ya que tan solo eran las 9:00 de la mañana.

Salir de allí me ha costado, la verdad es que este sitio es de los que hay que poner en la gente para volver o bien para no olvidar nunca.... también tengo que decir que en un extremo de la playa hay un hotel bungalow de lo más bonito y rústico que es un buen lugar para hacer una parada en el camino.

Después de dos horas de nados, refresco y contemplación del mar, he proseguido mi camino tras saludar a una de las múltiples parejas europeo-cubanas que me estoy encontrando en el camino.

La carretera, si se la puede llamar así, continua siendo de tierra a excepción de algunos tramos que los tienen asfaltados, pero estos más bien son anecdóticos y sinceramente su estado es tan lamentable como el de tierra. Por supuesto, por esta carretera apenas circulan coches y ahora empiezo a entender el accidente de ayer.

Al rato llego hasta el Parque natural de Humbold, la baja temporada y la ausencia de turismo, hace que cuando llegue, los guías ni tan siquiera se inmuten ante mi presencia, de hecho me dejan entrar sin más y ni tan siquiera se levantan para decirme nada. Aprovecho para hacer unas fotos a la fantástica bahía de Taco.

Continúo por la pista de tierra, mientras el paisaje va cambiando, dejo atrás la vegetación selvática y me adentro en un paisaje típico mediterráneo, lleno de pinos, árido y con una gran cantidad de monte bajo y rocas detríticas.... de vez en cuando hay un río de aguas cristalinas que permiten refrescarme entre los numerosos subes y bajas y el calor predominante.

De repente, me adelante un jeep, al poco rato este está parado unos metros delante y de él sale un hombre.... si se trata de un viejo conocido, el catalán que vive en Yumurí hoy ha decidido llevar a la familia a Moa, así que se ha parado a saludarme y para saber si necesito algo. Voy bien de tiempo y de agua, así que rechazo el ofrecimiento y quedamos en tomarnos una cerveza en Moa si coincidimos.

A medida que me voy acercando a Moa, la tormenta me va alcanzando y el paisaje se vuelve rojizo, hasta que por encima de una loma veo una gran fábrica, con sus chimeneas, con todo su horror....

Avanzo cada vez más perpleja por todo lo que estoy viendo, me estoy adentrando en el infierno cubano, el paisaje es rojizo, lleno de grandes fábricas que hechan humo negro sin parar, camiones que circulan por las montañas rojizas de la extracción de níquel, de vegetación muerta.....en menos de 24 horas acabo de llegar al infierno cubano.

Paro un momento para hacer una foto a tal destrucción, un camión para a mi lado para hablar conmigo, tengo prisa, la tormenta se me está tirando encima y aparte no me gusta absolutamente nada lo que estoy viendo. Me comenta que está prohibido hacer fotos.... pues la verdad es que ya estan hechas, el libro que estoy leyendo lo confirma y lo describe tal que así:

"Ser el cuarto productor de Níquel mundial ha convertido a Moa en un lugar maldito. Emprendemos la fuga sin mirar atrás, El diablo no me dejó fotografiarlo, pero creánme, el infierno existe. Yo lo creo porque lo he visto. Es naranja y se llama Moa"

Llego a Moa, es igual de horrible que sus alrededores, así que llegar al hotel es un alivio, antes allí está el catalán para felicitarme....

Es el primer hotel que piso en cuba, la verdad es que no está mal, teniendo en cuenta donde estoy. Espero un buen rato en la recepción hasta que me atienden.... charlando, me comentan que el hotel de Mayarí está cerrado y que el de Guardalavaca también.... vaya que me va a tocar rehacer mi planning, o no.

Llego a la habitación es grande, miro por la ventana, hay una piscina, así que ya se donde voy a pasar la tarde, ya que no me apetece absolutamente pasear por Moa.

La piscina tampoco es ninguna maravilla, de hecho la voy a bautizar como el purgatorio. Allí hay un grupo de cubanos y no cubanos en un rincón bebiendo cerveza y ron sin parar tanto fuera como dentro de la piscina, al otro lado un grupo de conductores de transtur, rodeados de unas cuantas jineteras o como se las llame en cuba....la música a tope evidentemente..... con tal panorama, lo mejor es volver al poco rato a la habitación sin baño y disfrutar un rato de la televisión cubana.

A media tarde me decido mover un poco e ir hasta el centro de Moa para poder conectar un poco internet, la señora de recepción me comenta que al ser domingo está cerrado, así que la excusa ya no existe.... hablando como mínimo me dice que en Mayarí hay alguna casa de alquiler, bueno, algo es algo..... finalmente decido volver al purgatorio a tomar algo, por salir de la habitación.

Me quedo en el hotel a cenar, hacia tiempo que no estaba en un lugar tan horroroso y prefiero no circular mucho por la calle. Las comidas fuera de las casas particulares brilla por su asquerosidad, he comido unos espaguettis malos, malos.... pero como mínimo son hidratos de carbono.

Hoy es un día para ver la tele, ir a dormir temprano si la fiesta en el purgatorio lo permite y mañana por la mañana salir lo antes posible del infierno, ya que en dos días si todo va bien llego a Guardalavaca, otro paraíso.